domingo, 17 de junio de 2018

Papi.

Terco, testarudo y orgulloso, amoroso, incansable y con un amor de madre para sus hijos y para los que lo quieren como uno así, así es mi padre y casi todos los que están cerca de mi. Ellos me hacen creer en la humanidad me hacen imposible pensar que hay algunos padres con malas acciones y decisiones.

     Casi nunca un hombre le escribe a otro, casi nunca entre hombres está bien las muestras de afecto; yo no regalo flores pero, si fuera el caso buscaría los girasoles más bellos y llenos de color para mi padre que cada mañana iniciaba días de campeones para nosotros siempre atento y dándolo todo para ver cómo las cosas marchan bien. Sin duda está lleno de dudas, miedos, frustraciones y sueños rotos algunos por nosotros sus hijos, otro por sus amores, quizá algunos por sus padres, pocos son los suyos; los propios quiero decir.

     Pero pareciera no tener miedo nunca, Él siempre me pedía hacer cosas que me causaban pánico y al verme paralizado era mí mejor coach y fans a la vez, pero también era mi padre formándome y tratando de darme el valor que tal vez el no tenía para hacerlo. Ya soy un hombre algún día seré papá, por otros tiempos el ya no estará y siempre me pregunto si aprendí lo suficiente, si podré ser la mitad de lo que ha sido por mi. Pero nunca dudare de que es un amor real, de que es leal, que no tiene barrera.

     Sólo espero que el sepa que ese amor siempre ha sido recíproco y que si se va antes que yo se habrá roto mi balanza y aunque no vaya a morir con el, trataré que mi vida siempre tenga su marca.

No hay comentarios:

Publicar un comentario