jueves, 16 de febrero de 2017

Desnudez #2.

    Buenos días amor!  Acto seguido ver cómo te levantas y mientras caminas al baño tu silueta que me aloca se contonea y danza al ritmo del cantar de esos pajarillos que cada mañana visitan mi ventana al unísono con la brisa que suavemente entona una dulce melodía, ver tus nalgas que a cada paso suben y bajan rítmicamente en tu caminar pausado; son pocos pasos pero para mí han sido la gloria.

     La lujuria y la picardía hacen que por la noche tu cuerpo desnudo sea el detonante de mi pasión y que por las mañanas mi piel se erice al sentir el roce de nuestro cuerpo, evocando cada amanecer uno al lado del otro que tanto me llenan de energías, sintiendo tal como la primera vez que estas ahí y que sientes como yo. Una vez más la desnudez se hace presente en la vida humana dando un toque de travesura que hace falta, así como un café bien fuerte y dulce cada mañana; que te ayuda a permanecer despierto y alerta durante todo el día, así de beneficioso es tu cuerpo desnudo sobre mi cama al amanecer.

     Hay noches en las que el frio puede fusionar dos cuerpo tan bien en un abrazo que parece que pasara a ser una sola piel, noches en las que una piel es el calor justo para dormir de la mejor y más placentera forma de descansar, ese que te brinda la oportunidad de vivir la congruencia que deseas, que cubres con harapos para hacer lo que el resto espera de ti, pero que sin duda quisieras pasear desnuda sintiendo en cada centímetro de piel la brisa suave que ya no roza solo tu cara, desnuda para sentir cada gota de agua de esa lluvia fresca y débil tan fría que te revitaliza, que produce ganas de correr, gritar y hacer cosas cargadas de esa adrenalina que te anuncia ¡ESTAS VIVO! Ese calor que quema y que solo te ofrece el sol tan radiante y puro como la sonrisa de un bebe, pero no, ahora mismo debemos domar esos pequeños deseos que se nos suben de tono y se vuelven aberrantes ante una sociedad que ignora lo que la desnudez regala. 

jueves, 9 de febrero de 2017

Desnudez #1.

     Hay acciones en el ser humano que por pequeñas que parezcan determinan y constatan el sentir de cada alma libre y danzante.

   La desnudez debería ser vista con ojos respetuosos, por ser nuestro cuerpo un instrumento que cada cual ejecuta a su manera, este instrumento dicen los más ancianos que es prestado; sin embargo, para mí, ha sido un regalo que he vivido en la libertad de conocerlo, tocarlo, experimentar dolor, placer e incluso morbo, pero que me ha mostrado a mi mismo; que quiero y que debo evitar en absoluto porque no es lo mismo. Poder estar desnudo es conocer cada parte de ti que te hace un perfecto amante de la imperfección cautivadora de un cuerpo, estar desnudo es poder respirar con cada poro de nuestra piel, es sentir las texturas de la vida no solo con las palmas de nuestras manos.

     No es un acto sexual, estar desnudo puede significar incluso el acto de pureza más real que exista; es poder sentir el coraje y la valentía de atreverte a ver como pocos son capaces, atreverse a demostrar que no está mal ir haciendo lo diferente, que no está mal lucir tu propia piel, lucir esa prenda que se ajusta a la perfección a tu cuerpo; estando desnudo expresamos lo que con palabras no se dice: podemos dar gracias, Demostrar lo alegre que podemos ser, podemos expresar que no estamos de acuerdo. ¡Es indescriptible la sensación de estar desnudo!

    Estar desnudo es como mirar a los ojos a alguien y que estos reflejen tu imagen, a veces con tus ojos cuentas las historias que no puede explicar tu lengua y que con las manos no sabes escribir, deja que tus ojos digan tu historia y que tu cuerpo dance al ritmo de los latidos de tu corazón; haz de lo que sientes la máxima expresión por cada línea de tu cuerpo en movimiento, haz de tu desnudez una obra de arte y no permitas nunca que tu historia siga oculta.

    ¡Al entrar en paz contigo mismo liberaras las ataduras del prejuicio, desnúdala y expresa lo que a diario grita tu corazón; a tu alma!