Hay cosas que te
pertenecen porque durante tu vida han sido otorgadas, cosas o aspectos que
nunca quisieras abandonar; estas cosas te hacen más humano, algunas incluso te
hacen sentir amado y protegido.
Crecer es
incontrolable pero también es contraproducente, ni asistiendo a la escuela
luego a la universidad te hacen desprenderte de algunas cosas; todos, soñamos
con una casa gigante, con piscina, un jardín florecido, una linda mascota, una
pareja amorosa y algunos sueñan con familias numerosas llenas de niños; sin
embargo pisamos los 20 y aun no estamos listos para practicar un principio básico
de casi todas las creencias y prácticas religiosas que es el desapego y por más
que lo intentamos volvemos siempre al punto de partida. Muchas veces nuestro
mayor apego no está en la cama que nos ofrecen o en el cuarto más amplio de la
casa que era el nuestro, muchas veces no queremos soltar nuestro cordón
umbilical.
Existen personas muy
osadas que se lanzan y como sucedan las cosas van actuando, mientras de este
lado estamos muchas más personas que le damos mil y una vueltas a las cosas
para hacerlas suceder; sentimos que nos encontramos en el rincón más oscuro de
una habitación que no conocemos, estamos ahí y nos sentimos vulnerables a esos
sonidos y sombras que percibimos al levantar nuestro rostro, nos sentimos
amenazados. Sentimos ser ese perrito que al pasar por la calle vemos echado
debajo de un árbol tratando de cubrirse de la lluvia.
Así es, sentimos estar
en un campo minado en medio de un enfrentamiento totalmente desarmado; este es
el momento donde la determinación debe actuar en nosotros pero sin embargo ahí estamos
llenos de miedos, de preguntas, de lágrimas, de inseguridad, que no son comunes
en ti pero que ahora te ahogan y por momentos no te permiten actuar. A veces hasta
sientes que no quedan fuerzas, pero sabes que eres un luchador y estas ahí con
tus ganas de luchar, tus miedos, penas, inseguridades y algunas lágrimas,
siempre te hará bien mirar hacia adentro y reconocer lo que te hace ser una
gran persona, eso que está ahí pero que pareciera ya no sientes es lo que te hará
recuperar ese impulso que durante tu vida te llevo a comerte el mundo, pero que
ahora se ve opacado y sientes la necesidad de hacerlo brillar.
En la vida de cada
persona existen personas que se vuelven tu apoyo a veces ni ellos podrán sacarte
del abismo que te encuentras, abismo que te traga pero que nunca exteriorizas
porque es tan tuyo que no podrías dejar que nadie apenas se asome, porque las
bajadas se viven para poder saborear con gusto las subidas…
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