sábado, 24 de junio de 2017

     Más tarde comprendí que siempre estuviste ahí, brincando y bailando cada día; en mi mente pude sentirte pero aún no me permitías verte. Cantabas, brincabas y danzabas tal cual una chica alegre en su juventud. Pero hubo algo más, algo que hizo que tu vida me atrapara y ahí estaba yo buscándote, corriendo de forma imaginaria para alcanzar esa risa tan sublime que me hacía querer estar cerca.

     Por un tiempo no pude mirarte, te escabulllias... sólo alcanzaba ver esos marrones ojos que me instaban seguir explorando aquellos terrenos desconocidos pero fascinantes en los que te adentrabas, no podía verte hasta que estando ahí refrescándome con el agua de aquella cascada no tan grande chapoteaste sobre mi haciendo que mi ropa se mojara, sorprendiéndome pero sin importar. Pronto me habría incorporado a jugar dentro del agua, tu cabello al viento,tu vestido de lunares y esa sonrisa contagiosa me hicieron saber que la expedición continuaría...

No hay comentarios:

Publicar un comentario